El 14 de enero de 2014, en la Ciudad de México, murió el poeta del Oficio Ardiente-como él mismo se nombraba-Juan Gelman. Nació en Buenos Aires, Argentina el 3 de mayo de 1930. Su mirada triste tuvo un porqué: Su ideología política, los golpes de Estado y la Dictadura en su país natal, le privaron de su libertad, lo exiliaron y le arrebataron a dos de sus hijos, su nuera y a su nieta, ésta última recuperada hace tan sólo 2 años atrás.
Poeta desde los 8 años, periodista, escritor y traductor. Talento altamente reconocido con premios como: Premio Cervantes (2007), Premio de Literatura Latinoamericana y del caribe Juan Rulfo (2000), Premios Iberoamericanos de Poesía Ramón López Velarde (2003), Pablo Neruda (2005) y Reina Sofía (2005).
Juan Gelman publicó su primer poema a los 11 años en la revista Rojo y Negro, en su juventud, junto con otros jóvenes con ideología comunista, fundó el grupo de poetas El pan duro, publicando en 1956 el primer libro titulado «Libro, violín y otras cuestiones».
En 1963 y bajo el mandato presidencial del golpista José María Guido, Gelman fue encarcelado por sus ideas comunistas, al salir de la cárcel abandona las filas del partido para solidarizarse con la revolución peronista.
Juan Gelman inicia su actividad periodística en 1965, en 1966 y durante la dictadura militar que sufría Argentina se integra a las FAR, (Fuerzas Armadas Revolucionarias) en la lucha en contra del gobierno dictatorial. Durante su exilio vivió en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México, país al que regresaría por voluntad, después del indulto presidencial de Carlos Menen.
Juan Gelman deja una amplia producción literaria, entre la que destaca, y sólo por mencionar algunos títulos:
Violín y otras cuestiones (1956), El juego en que andamos (1959), Velorio del solo (1961), Gotan (1962), Cólera buey (1964), Fábulas (1971), Hacia el Sur (1982), Carta a mi madre (1989), País que fue será (2004) y el último, El emperrado corazón amora (2011).
Mi Buenos Aires querido
Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.
Gotán (1963)
El mundo de las Letras está triste, pero Juan Gelman no se fue, a los grandes como él la muerte los inmortaliza.
Fotografía: Wikipedia