El espejo de la musa»
Cierto día, temprano, cuando el empeño se adornó con impaciencia,
la Musa siguió la corriente del río,
hasta un rincón apartado y tranquilo.
Rápida y sonora fluía
la cambiante superficie distorsionada,
hacia su figura encantadora que huía,
entonces la Diosa abandonó la ira.
Sin embargo, el arroyo la llamó burlándose:
¿No verás entonces la verdad en mi claro espejo?
Pero ella corría lejos, cerca del océano;
en su figura el regocijo alababa,
adornando debidamente su guirnalda.
Johann Wolfgang von Goeth – Poeta Alemán