«CARTA MORTAL A PABLO NERUDA»
Pablo:
En medio de lo oceánico te digo
que no, nos veremos.
Llegó tu invitación un poco tarde
y, ¡quién sabe!, quizá por eso aún vivo.
Llegó con tu amistad y parecía
que igual que años atrás, allá en «Correos»,
al lado de Cibeles, o más tarde,
en Sao Paulo, ¿te acuerdas?, sería todo fácil.
Y mira, cuando estaba ya haciendo mi maleta,
invitado por ti, por los amigos, por un Chile creciente
me llegó la noticia parecía imposible.
Y ahora, ¿cómo explicarte y explicarme a mí mismo
este inmenso desastre, esta absurda tristeza,
esta farsa reinante de Pinochet y los suyos
Pero tú bien sabias de la verdad alzada
que crece sobre todo, desde el fondo del fondo
de ese metal del pueblo que no enterrará nadie.
Y como tú me diste la fe, ya ves, estoy haciendo
otra vez la maleta para volver a Chile.
Pues, ¿quién podrá enterrar la verdad insurgente
la luz que es sólo luz, y el aire que es el aire?
Muy pronto nos veremos. Nos daremos la mano.
Quizá no estés tú allí. Quizá yo esté ya muerto.
No importa. Habrá dos hombres: un vasco y un chileno.
Madrid, 8 febrero 1975
Gabriel Celaya