La poetisa Guadalupe Amor, también conocida como Pita Amor, era una mujer irreverente, apasionada, un genio que se salía de los cánones sociales y quien se autonombraba Diosa, desbordó en su libro «AMOR DIVINO», toda su pasión y sentimientos encontrados; por lo que, he aquí un extracto de sus «Décimas a Dios» escritas con la pasión y arrojo que la caracterizaban.
KC.
DÉCIMAS A DIOS
Sirviéndole a Dios de Hoguera
Dios, invención admirable
hecha de ansiedad humana y
de esencia tan arcana
que se vuelve impenetrable.
¿Por qué no eres tú palpable
para el soberbio que vio?
¿Por qué me dices que no
cuando te pido que vengas?
Dios mío, no te detengas
o ¿quieres que vaya yo?
El inventarte es posible…
Difícil es sostenerla potencia de tu ser,
ser absoluto, intangible.
El que seas invisible
no es el misterio más hondo.
Exaltada hallo tu fondo,
mas cesa mi exaltación,
y tu admirable visión
En mi pensamiento escondo.
Yo siempre vivo pensando
cómo serás si es que existes;
de qué esencia te revistes
cuando te vas entregando.
¿Debo a ti llegar callando
para encontrarte en lo oscuro,
o es el camino seguro
el de la fe luminosa?
¿Es la exaltación grandiosa,
o es el silencio maduro?
Tal vez yo no quiera hallarte
y por eso no te veo,
que es el ansioso deseo
el que logra realizarte.
A ti no te toca darte:
si mi soberbia te invoca,
es a mi, a quien me toca
salir al encuentro tuyo.
Me acerco a ti, te construyo…
Ya tengo fe, ya estoy loca.
Dios mío, sé mi pecado,
consiste en verte en concreto;
y tú, el eterno discreto,
castigado,
dándome un ser complicado
que piensa entenderlo todo
y que jamás halla el modo
de fundir carne con mente,
que pensando con la frente,
se está pudriendo en el lodo.