A Angela Merker canciller alemana le molesta la efusividad del Presidente francés Nicolás Sarkozy.
La canciller a comentado que se siente violenta ya que Sarkozy se muestra «demasiado amigable» con ella, prodigándole una palmada amistosa, o poniéndole una mano sobre el hombro o un beso en la mejilla.
En Alemania dicen que es cuestión de cultura ya que «tocarse no forma parte de la cultura alemana y todavía menos de la cultura del este alemán»
Y aunque la protesta de la canciller ante la embajada alemana era un secreto, la incomodidad de Merker se ha divulgado rápidamente en los medios de comunicación.
Tal vez Angela Merker debería entender que si en su cultura «no se tocan» en la cultura francesa «si se tocan», como lo hacen en muchas partes del mundo como un signo de cortesía y amabilidad hacia las personas.
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